sábado, 18 de septiembre de 2021

ALMERIA BIEN VALE UN CAFÉ
EL REENCUENTRO


 Todo empezó con una solicitud de amistad de Facebook. ¿Quién es Filo?.

Me puse a mirar el perfil y no me lo podía creer, la mujer de mi buen amigo César, amigos desde hace 35 años, aunque hacía más de 20 que no nos veíamos.

Tramamos darle una sorpresa a César. Me presentaría de repente y a ver su reacción. Pues venga, vámonos a Almería a tomarnos un café.

Salimos de Barcelona por la AP-7, recientemente libre de peaje. Pasar por la barrera de Martorell sin parar y sin coger ticket es una sensación rara, pero lo importante es que ya es gratuita.

Mucho tráfico, muy caótico, muy anárquico, cada uno circula por donde quiere, pero es relativamente rápida, aburrida y tediosa, pero rápida. 

Llegando a Hospitalet del Infante se pone a llover a 1 km del área de servicio, justo para poder parar y no mojarnos. 

Aparcar bajo cubierto al lado de otras motos y como es normal entablar conversación.

Pedro, un motero que viene de Barcelona habiendo pasado antes por los Balcanes y Turquía con su BMW y sus maletas llenas de pegatinas de todos los países por donde había pasado…

—Toma, ponle esta que seguro que te falta —le dije dándole mi pegatina y es aquí donde comenzó todo el cachondeo...

Coge la pegatina, la mira, me mira a mí y hace un gesto mezcla de incredulidad y sorpresa o de sorpresa e incredulidad. 

Yo me quedo un poco descolocado porque nunca mis pegatinas habían hecho ese efecto en nadie y es cuando me comenta que a él también se le conoce como “Capi” y empezamos a reír.


Resulta que una semana antes, un amigo suyo le envía la foto de la pegatina que puse en el monumento de “La Ruta del Silencio” en Teruel y le dice que alguien le está haciendo la competencia con el nombre. Todo eso no hubiera pasado de una simple anécdota si no es porque se encontró con quien le hacia la competencia…. jajaja.

 Ni corto ni perezoso le envía una foto a su amigo los dos juntos entregándole mi pegatina. Su amigo no daba crédito, entre los miles y miles de moteros que hay en España, entre los cientos que tenemos pegatina y entre los pocos que nos llamamos igual, nos tenemos que venir a encontrar gracias a unas gotas de lluvia.

 Pasada el agua continuamos viaje juntos. Nos habíamos puesto los chubasqueros, pero fue más por previsión que por lluvia.

Buen ritmo en autopista hasta pasado Valencia.  A la altura de Masalavés, Pedro me hace una señal y parada a comer.

Comida a pie de moto, pan, embutido, refresco… ¿Para qué queremos un restaurante?

Intercambio de teléfonos y redes sociales, y foto de recuerdo…


Volvemos a la carretera y tiramos juntos hasta Fuente la Higuera. Creo que aquí hubo un poco de confusión por mi parte ya que no sabía que el nuevo tramo de la A.33 ya estaba abierto hasta Caudete y yo me desvié por la N-344 vieja.

Gracias, Pedro, por tu compañía esos kilómetros, un placer el haberte conocido y gracias por ese regalo que me hiciste. Vamos a dejar en intriga lo que fue, pero que me hizo mucha ilusión. Espero volver a verte en otra ocasión.

Continuamos viaje por la ya conocida para mí N-344 hasta Yecla y A-33 hasta Blanca donde enlazamos con la A-30 hasta Murcia. Aquí ya paramos a descansar. Han sido 600 kilómetros y el cuerpo lo nota.

Por la mañana reemprendemos viaje desde Murcia por la A-7 autovía del Mediterráneo. He de decir que cada vez que paso por esta carretera me parece más cansina.

Alhama, Totana, Puerto Lumbreras, Huercal-Overa y por fin llegamos a la salida 514 para enlazar con la antigua N-340a dirección Sorbas y Tabernas. Esta carretera es mucho mas amena que la A-7

Llegamos al hotel, descargamos y sin ducharnos a comer. Unas cervezas, unas tapas y ya estamos listos. Ducha, siesta y preparados para hacer turismo.

La verdad es que no tenemos mucho tiempo para hacer turismo y por eso vamos a visitar algunos lugares de Almería.

En primer lugar, visitamos la antigua estación de tren. Una estructura de hierro típica del siglo XIX con una fachada de ladrillo visto y una enorme vidriera.




A poco menos de 1 kilómetro nos encontramos con el Puente Inglés, o como lo hemos conocido de toda la vida, “el puente del mineral”. Un cargadero de mineral procedente de las minas de Alfique en Granada-


Construido en 1904, hasta que en 1973 se dejó de usar definitivamente. En 1980 se debían haber demolido, pero en 1984 se propuso como Monumento Histórico Artístico que terminó en 1998 como Bien de Interés Cultural.



Empezamos a subir por la Rambla de Almería hacia la zona donde yo pasaba mis veranos.

La Rambla de Almería es la antigua “Ramblilla” que se urbanizó entre los años 1994 y 2000. La verdad es que el cambio físico de la zona fue espectacular. No tuve la precaución de hacer ninguna foto.

Llegamos a la calle Granada y vamos hacia la plaza de toros. Construida en 1887, dicen los locales que, aunque no es la mas grande de España, sí que es el ruedo de mayor diámetro.

A la plaza se llega por la Av. De Vilches, nada que ver con aquella avenida donde nos juntábamos los amigos en los años 70 y 80.

Seguimos por la calle Granada hacia la Puerta Purchena, el centro de Almería donde confluyen todas las calles importantes: Paseo, Obispo Orberá, Granada, Murcia y Tiendas.

Se me hace muy extraño pasar por aquí y no oler las jibias (sepias) a la plancha del bar “Los Claveles”, el emblemático bar donde la tapa era únicamente jibia.

Paseamos por el centro histórico, pero entre calles cortadas, gente y la dificultad de aparcar la moto, decidimos irnos a la Alcazaba. El tiempo se nos echaba encima.



Callejeando por el centro histórico llegamos al conjunto histórico de la Alcazaba. Entramos por la puerta exterior y después de subir un tramo muy pendiente de escalones alargados y empedrados llegamos a la puertade la Justicia.









Una vez dentro nos encontramos un conjunto histórico a caballo entre jardines y fuentes y excavaciones.


 

Desde aquí arriba tenemos unas vistas majestuosas del puerto…


Y de la ciudad con el golfo de Almería y Cabo de Gata al fondo…


Dentro de la Alcazaba y por culpa del COVID, el recorrido está marcado y no te puedes salir de él, pero aun así podemos subir a algunas murallas para poder hacer algunas fotos.

Desde la muralla norte admiramos la muralla de Jayrán con el Cerro de San Cristóbal de fondo.




Desgraciadamente no podemos acceder al tercer recinto donde se encuentra el patio de Armas y la Torre del Homenaje al haber un acto privado, pero aun así nos llevamos un buen recuerdo de esta visita.



Dejamos atrás la fortaleza y nos adentramos en uno de los barrios más marginales de Almería, “La Chanca”. Después de varias vueltas por el barrio conseguimos salir a la zona del puerto.

Recorreremos otra parte de la ciudad y buscaremos donde cenar. No nos complicaremos mucho y haremos unas tapas. Recuerdo un bar en el Barrio Alto, “La Herradura”, pues allí que vamos y allí estaba…varias cervezas (sin alcohol), varias tapas y ya tenemos la cena lista.

Aquí tenemos un ejemplo de una típica tapa de Almería…


Esto es una tapa de “boquerones en adobo”, lo que en algunos sitios es una media ración, aquí te lo ponen con una cerveza.

Y es que Almería es sencillamente ALMERÍA.



Ya es domingo por la mañana y empezamos a prepararnos. A las 12 había quedado para reencontrarme con mis buenos amigos Filo y César.

Primero desayunar una buena tostada de aceite y un café con leche a una temperatura que derretiría el cristal. También típico de Almería.

Llega la hora y me presento donde habíamos quedado. Llegada espectacular, moto aparcada encima de la acera y todo el mundo mirando, entro en el bar sin quitarme el casco, localizo a mis amigos sentados y comienza mi espectáculo…

                --Buenos días, póngame usted un cortado que me lo va a pagar…

               (mirando a mi alrededor y señalando) esta familia mismo.

Mientras me quito el casco me quedo mirando a César, él me mira, solo él sabe lo que le está pasando por la cabeza en ese momento.

                --No me mires así César, no seas tacaño y págame el café.

                 Anda filo, dile algo

La cara de César era un poema, la gente en el bar miraba a ver si esa mañana habría que llamar a la policía.

Al quitarme el casco y decirle…

                --Pepe, ¿Qué é lo qué é?

… solo en ese preciso momento es cuando César exclama…

                --¡¡¡ COÑO!!!... JOSE…

Seguido de un abrazo después de mas de 20 años sin vernos. Los años han pasado y nos han dado fuerte, pero la amistad sigue ahí.

Después del espectáculo, la gente del bar siguió a lo suyo, no sé si alegres de ver el reencuentro de unos amigos o por la decepción de no ver una trifulca mañanera.

Me había hecho más de 800 kilómetros para tomarme un café, pero tengo clara una cosa… Almería bien vale unos amigos.

Por cierto, la cara de su hijo fue en todo momento un poema, no sé si por la alegría de ver a su padre fundirse en un abrazo con un viejo amigo o por imaginar cómo fuimos hace más de 20 años. Pero mejor se lo contamos su padre y yo en otro momento.


Volvemos a la carretera camino de casa. A-7 hasta Murcia donde haremos noche y aprovecharemos para visitar a mi amiga Isa y sus hijos que me invitaron a cenar y donde charlamos hasta casi las 12 de la noche.

Por la mañana emprendemos viaje de vuelta y como por Valencia ya lo tengo muy visto y es una ruta “cansiiiina”, nos volveremos por el interior, mi ya conocida “ruta por Teruel”, casi 200 kilómetros más larga pero más tranquila y amena.

Cuando viajamos siempre buscamos buenos lugares para comer y muchas veces nos olvidamos de que esos lugares son donde estamos nosotros.


Llegamos a casa cansados. Otro viaje que se queda en nuestro recuerdo.

Pronto volveremos a la carretera.




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