SIERRA DE SEGURA Y SIERRA DE CAZORLA
UN PASEO POR LA PREBÉTICA
Después de varios meses de parón
por culpa de la pandemia, volvemos a la ruta y, cómo no, el sur me vuelve a
llamar.
La salida de Barcelona ya es una
habitual, monótona y aburrida ruta por la C-32, N-340, A-7 y la ya gratuita AP-7
hasta Valencia.
Salimos de Valencia por la A-3 dirección
Madrid hasta Requena, donde cogeremos la A-32 dirección Albacete.
Aunque esta carretera tenga la
denominación “A”, no es una autovía sino una carretera convencional con un
carril en cada sentido, pero con un asfalto espectacular y donde se puede
disfrutar de una conducción rápida.
Justo al entrar en la comunidad de
Castilla-La Mancha, cruzando sobre el río Cabriel, que hace de frontera natural,
y pasando Villatoya tenemos 11 kilómetros de curvas subiendo un pequeño puerto
que nos lleva a las primeras rectas de la Mancha.
Casa-Ibáñez, Fuentealbilla, Albacete…Saliendo
de Albacete continuamos por la famosa carretera de “El Jardín”, un tramo entre
Balazote y Robledo donde, si la circulación de camiones nos lo permite,
podremos volver a redondear las ruedas.
Continuamos 20 kilómetros más y,
poco antes de Reolid, nos desviamos a la izquierda por la CM-412 dirección
Salobre y Riópar.
Rodamos entre olivos y monte bajo
por una carretera genuinamente motera, coronamos el puerto de Las Crucetas, de
1300 metros, y entramos en la Sierra de Segura.
Nuestro primer destino es Riópar,
pero a 9 kilómetros nos encontramos, desviándonos a la izquierda, con Riópar
Viejo, el antiguo pueblo totalmente restaurado para turismo rural, coronado por
un castillo de la época mudéjar y que en la actualidad está en ruinas.
Aún conserva 2 torreones en pie.
También nos encontramos con la
iglesia del Espíritu Santo del siglo XV y que no pudimos visitar al estar
cerrada.
Otro lugar para visitar es su cementerio,
pero yo no lo visité. Nada más abrir la puerta me encontré con unas hierbas que
me llegaban hasta la cintura y un par de tumbas con un par de cruces de hierro negro
muy muy muy antiguas, y como yo no tengo pasta de aventurero…, media vuelta y
puerta.
Y del cementerio, a ver la fuente.
La encontramos a través de un arco apuntado, entre un paso natural de piedras y
rodeada de unos escalones en forma de grada.
Dejamos Riópar Viejo y nos dirigimos
a Riópar. Saliendo del pueblo, giraremos a la derecha por la CM-3304, siguiendo
las indicaciones de Río Mundo durante 5 kilómetros para encontrarnos el desvío hacia el nacimiento.
Terminada la larga jornada de más
de 650 kilómetros, nos vamos al hotel a descansar, pero no sin antes dar un
paseo por Riópar.
Dejamos el parque natural de los
Calares del Río Mundo por la CM-3204 en dirección a Siles. Una estupenda
carretera bordeada en un primer tramo por monte de pinos y en un segundo por
olivares.
Saliendo de Siles, tomamos la JF-7012
dirección Camino de las Acebeas. Esta carretera, como las siguientes, nos
adentra en la Sierra de Segura. Carretera estrecha, mal asfaltada, lenta, pero
con unas vistas fabulosas —cuando los árboles nos permiten ver— como Siles y el
río Carrizas.
Más adelante giraremos a la
izquierda por la JF-7016 dirección Hornos del Segura y Santiago de la Espada.
Seguimos con el mismo estilo de
carretera estrecha y mal asfaltada, pero donde podemos disfrutar del silencio y
la tranquilidad que buscamos en este viaje.
Nos volvemos a parar al ver unos
toros o vacas, no lo sé por porque no me fijo bien, pero estaban fuera del
cercado y, como yo soy muy valiente (je,je,je), me hago una foto con ellos/as.
Continuamos viaje hasta
encontrarnos con la A-317ª y que tomaremos a la izquierda dirección Santiago de
la Espada. Esta carretera es mucho mejor que las anteriores y se puede rodar un
poco más rápido.
Desde aquí tenemos una fantástica vista
del pantano del Tranco.
Subimos un pequeño puerto y al
bajarlo volvemos a girar a la izquierda por la A-317. Vamos a buscar Pontones.
Al salir del pueblo vemos a la
derecha Fuente Segura y tomamos esta carretera durante 5 kilómetros parta
encontrarnos al final con…
Situado a unos 1400 metros sobre
el nivel del mar, brota, desde una cueva natural inundada, un agua transparente
y tranquila que da lugar al nacimiento del río Segura.
Cuentan que es tradición beber de
una fuente que hay a unos metros de donde brota el agua y que puede ser de las
más puras que podemos encontrar.
Retomamos la A-317, pasamos por Santiago
de la Espada, Puebla de Don Fabrique, donde pararemos solamente a hacer una foto
a su iglesia del siglo XVI, Santa María de la Quinta Angustia.
Desde aquí y por la A-330 nos
acercamos a Huéscar que cruzaremos desviándonos por la A-4302 y buscando la
A-336 dirección Castril.
Ya en la sierra de Castril, nos
encontramos con el pueblo que le da nombre y que se encuentra a los pies de una
imponente peña.
Continuamos por la A-326 hasta
Pozo Alcón, donde buscaremos las indicaciones hacia Buesa y Quesada por la
A-315. Pasado Quesada giraremos a la derecha por la A-322 hasta llegar a Cazorla.
Otra jornada terminada y a descansar.
Mañana toca la sierra de María en Almería y la sierra Espuña en Murcia.
Despertamos en Cazorla y el tiempo
no acompaña mucho. Nubes que amenazan agua, pero como no llueve pues seguimos
con el plan.
Deshacemos el camino andado el día
anterior, Quesada, Huesa, Pozo Alcón y empieza a llover. Miro el radar en el móvil
y veo que voy de cabeza al diluvio.
Volver hacia atrás lo descarto
porque rodaría por carreteras malas y con mucha agua. Después de un rato parado
al cobijo de una gasolinera decido ir tirando por la A-92N y ver sobre la
marcha.
El agua no para, al contrario,
aprieta lo suficiente como para pensar que en cualquier momento me puedo cruzar
con Noé y su arca repleta de animales.
Chirivel, Vélez-Rubio… esto no
para. Descartada la sierra de María continuamos hacia Murcia a ver si tenemos suerte
con sierra Espuña.
Puerto Lumbreras, A-7, Lorca,
Totana… no vemos a más de 80-90 metros, Alhama de Murcia, sierra Espuña a la
izquierda que casi no se ve, solo se ve agua por todos los lados.
En vista del tiempo, decidimos no
arriesgar más. Sangonera la Verde, y al hotel donde suelo parar cuando estoy
por la zona. Ducha caliente para recuperar temperatura, intentar secar la ropa
y a descansar. Mañana ya veremos.
Nos levantamos con un sol
estupendo, nada que ver con el día anterior.
La tarde de antes tuve mucho
tiempo para pensar por donde volver, ¿costa?… ¿interior? Y al final decido ir
por Teruel (luego explico por qué), así que por el interior.
¿Todo listo y preparado? Pues en
marcha…
Dejamos Murcia por la A-30 dirección
Albacete, A-33 dirección Valencia, A-31 dirección Almansa y N-330 hasta Teruel.
Poco antes de Requena me sale una
pequeña carretera, la CV-4310, que me indica “por collado La Escalera”, creo
que puede ser divertida y allí que voy.
¿La verdad?, una perdida de tiempo
si no llega a ser por un puente a la entrada de Requena que me deja hacer
alguna foto aceptable.
Poco antes de llegar a Teruel echo
cálculos de la ruta del día siguiente y decido ir un poco más allá a dormir. Así
que localizo un hotel en Fortanete, un pueblecito del Maestrazgo turolense a
unos 80 kilómetros de la capital. Hay habitación, así que allí que voy.
Dejamos Teruel y buscamos la A-226
dirección Cantavieja. En esta carretera debemos tener en cuenta nuestro depósito,
desde Cedrillas no hay gasolina hasta llegar a Cantavieja, así que no vengamos confiados.
Rodamos por una estupenda
carretera bien asfaltada que nos introduce en la comarca del Maestrazgo.
Pocos kilómetros más adelante
llegamos a Fortanete. Visita al pueblo y a descansar.
¿Por qué en Fortanete?
Pues porque ese fin de semana, mi
amigo Piteus (Paco) hizo “la ruta del silencio” y me dejó con las ganas de
hacerla, y ya que estaba por la zona…
Paseamos por este pueblo y nos
aconsejan ver su puente romano que da acceso a unos bancales muy bien delimitados
por muros de piedra y unas calles cubiertas de un manto de hierba impecable.
También visitamos la iglesia de la
Purificación con su fantástica torre de Silleria.
Y subimos hasta su castillo derruido,
desde donde podemos hacer esta estupenda foto.
Ya por la mañana y con solo 4
grados reemprendemos viaje por la A-226 hasta la entrada sur de “La Ruta del
Silencio”.
En los 63 kilómetros en los que
rodaremos por esta carretera en un estado formidable, nos encontraremos pueblos
encaramados en las rocas, barrancos, paredes de roca casi verticales y
construcciones geológicas solo posibles en la imaginación de un niño.
No rompamos el silencio ni
siquiera con la escritura y viajemos con las imágenes.
Esta ruta la dejamos aparcada para
otro viaje mucho más extenso.
Salimos a la N-420 dirección
Alcañiz, en este punto debemos decidir si volvemos por Mequinenza o por Tarragona.
La decisión es fácil, Caspe, Mequinenza y Fraga a enlazar con la A-2 y directos
para casa.
Otro viaje que queda grabado en nuestra
memoria.